jueves, 16 de junio de 2011
El Pueblo
Ves, ese niño que apenas llega al picaporte para entrar en casa, ese soy yo.
Esa niña de coletas que corre tras del aro, esa soy yo.
Esa niña que cuenta con los dedos y levanta los ojos al cielo. También soy yo.
Ese muchacho que dice: Aquí, pásala, mientras corre, ese también, también soy yo. El joven que se pone llorando, herido en su amor, delante de la hoja en blanco. Ese también soy yo.
La joven, adolescente, que prueba por primera vez. También.
La veinteañera que mira, tras los cristales.
El Veinteañero que canta la revolución deseada. También esos dos, soy.
Soy la madre que hace fuerza en el momento del parto y el padre que mira tembloroso y rezando.
La mujer que levanta su puño y el hombre que le coge la mano. Estos también.
El hombre que ama a otro hombre y la mujer que ama a otra mujer. También soy yo.
El trabajador, que no sueña porque no puede. La obrera que se enfrenta sin miedo para no ser marginada por su sexo. Estos, claro, también soy yo.
Soy el anciano que busca el sol en invierno y la anciana, con pañuelo negro, que sentada en una silla teje la bufanda del nieto.
Y soy quién nace y quién muere, quién llora y quién ríe. Quién goza y quién sufre. Quién está sano y quién está enfermo.
Soy quién dice basta y quién pide libertad.
Soy el único soberano. El científico y el trovador.
Soy un hijo del pueblo y el pueblo soy yo.
Y como el pueblo soy maltratado y difamado.
Como el pueblo soy ninguneado e ignorado. Soy esclavo y hambriento, mendigo, lastimero.
El Contagio
Europa. Suiza. Un lugar perdido de los Alpes.
Sede central de la corporación Super-Secreta “A.E.M.E.M.” ( Alto El Mundo Es Mío)
8 h.
Reunión al más alto nivel en O.S.V. (Oficina Supresora de la Verdad) .
Coronel del E. M. T. (Ejercito Mercenario Todopoderoso)
Jodi Do Ladrón:
El último informe, del que todos tenéis copia, expone la necesidad imperiosa de realizar un estudio para averiguar el motivo por el cual algunas personas son inmunes al contagio, sin haber sido vacunadas.
General del E.M.T.
Masa Sesino Nohay
Me pondré en contacto con los generales de los diferentes países a nuestras ordenes. La orden será aumentar la dosis del producto A.R. (Anula Razón) en un cuarto. El producto M.T. (Miedo Total) que sea esparcido dos veces diarias en vez una.
Presidente de la corporación A.E.M.E.M.
Elpu Toamo:
Haced lo que tengáis que hacer pero no quiero ningún humano que piense si no es de los nuestros.
Profesor de sociología, química y economía al servicio de A.E.M.E.M
Soyunes Kirol
Para que el gas M.T. funcione, la población debe estar sometida por lo menos cuatro horas diarias a la exposición de los rayos Ro Ro a través de la televisión. Y para que el A.R. funcione es necesario que la población tome con asiduidad alcohol.
Si aumentamos los productos químicos en el aire M.T. y en el agua A.R. corremos el riesgo de tener que aumentar las dosis de las vacunas, si queremos seguir siendo inmunes. Por lo tanto propongo fomentar más la televisión y el alcohol.
Elpu Toamo:
Quiero tres o cuatro televisores por casa,que las regalen por comprar un móvil o una caja de golosinas, me da igual. Quiero que los medios de comunicación digan que se ha descubierto en la mejor universidad del mundo, las causas beneficiosas que tiene el alcohol sobre los seres humanos: alarga la vida, aumenta la capacidad sexual y hace a la gente más graciosa. En fin, quiero que todo el mundo beba.
Cuando estén asustados y no puedan pensar estará toda la población en nuestras manos.
Soyunes Kirol:
Con la máxima reverencia estimado benefactor del mundo elegido. Propongo programas televisivos de máxima violencia y máxima carga sexual. La gente no quitará ojos de las pantallas.
General Masa Sesino Nohay:
Daré las ordenes oportunas si su eminencia no manda otra cosa.
Coronel jodi Do Ladrón:
Se levanta la sesión, gracias por su interés en el bienestar de los miembros de la corporación.
Elpu Toamo:
A.E.M.E.M.
España. Madrid. Monasterio del Escorial. Sala de los secretos. 18 h.
Coronel Jodi Do Ladron :
Espero sus informes señores.
Supremo jefe de G.T.O.S. (Grupo transmisor de ordenes secretas) .
Kexu Losoi:
Los estados bajo mi control han acogido el nuevo mensaje con sumisión, como siempre. El aborregamiento ronda el 80 % de la población.
Representante de Grecia . General Papanatas Deltò :
En mi país con un poco màs de radiación televisiva estará completado el programa. El 95 % de la población está desquiciada y atemorizada. Se oyen grupos pidiendo que les ayudemos a salir de la gran crisis, que hagamos lo que sea necesario.
Representante de Italia
General Tocati Leculeti:
Señores, el pueblo italiano ha perdido la capacidad de reacción. Esta preparado para ser sometido.
Representante de Portugal. General Opovo Emiño:
Tenemos unos pocos problemas en la zona norte. Con la colaboración del general Toelmun Doalsuelo pronto serán solucionados. Por lo demás , todo el país ha caído en el desanimo y se resigna a su suerte. Están en nuestras manos.
Representante de España. General Toelmun Doalsuelo:
Nos falta un 30 % de la población por contagiar. Dentro de dos meses el contagio será total
Coronel Jodi DO Ladròn:
No tenemos mas tiempo. Las ordenes son: Empezar la aniquilación cuanto antes sea posible mejor. Eso si, nuestro querido presidente Elpu Toamo no quiere que nadie nos pueda señalar con el dedo. O sea , esperaremos 45 dìas mas , y las personas que aun no esten contagiadas serán eliminadas, con métodos, digamos, especiales . Los medios de comunicación colaboraran como lo vienen haciendo.
La reunión ha terminado.
Los Alpes. Palacio de Caguelgolfo. Càmara de los Conjurados. Reuniòn de los Cardenales de España, Portugal, Grecia e Italia con el representante de A.E.M.E.M. 19 h.
Representante cristiano: Vaticanus Demoniacus:
Los cristianos necesitan un par de cataclismos más, para aceptar sin remilgos nuestra voluntad. Pronto estarán preparados para morir.Para suicidarse en el nombre de Dios.
Representante ortodoxo. Miraculos Cagandi:
Estoy totalmente de acuerdo con mi colega. La situación es la misma. Algo malvado y terrorífico hará que la gente acuda a nosotros buscando protección.
Representante de A.E.M.E.M. , para asuntos religiosos:
Elsobri Delpu Toamo:
Pasaré la petición, provocaremos terremotos, darlo por hecho. Curas y demás pueden empezar a decir que Dios les va a castigar por separarse del camino que la iglesia predica. Estar preparados, pronto estarán a vuestros pies pidiendo perdón y castigo.
25 días antes de la fecha acordada para empezar a eliminar a los no contagiados si no están vacunados.
Area 52. Montañas Rocosas. América del Norte. Bunker del presidente de A.E.M.E.N. 4h.
Presidente Elpu Toamo:
Querida pronto, seremos los dueños del mundo, pero no de una parte sino del globo terráqueo entero. Lo que no pudo hacer Cesar, Alejandro Magno, Carlo Magno, Napoleón o Hitler lo voy a conseguir yo. Yo Elpu Toamo, dueño del destino de todos los hombres de la tierra.
Doctora en sociología por la universidad de A.E.M.E.N Lavi Bora Quexupa
Querido, slups slups, slups slups, quiero que me hagas una piscina en la luna, slups slups, glu glu.
Elpu Toamo:
Ahhh, te la haré, Ahh Ahh, te la haré. Sigue no pares, no hables, te haré lo que quieras en la Luna o en Mercurio para que tengas el agua caliente… ahh ahh ahh!!
Lavi Bora Quexupa:
Me lo prometes, slups slups.
Elpu Toamo:
Si, sigue así, lo que quieras, lo que quieras.
Un día antes de la fecha acordada para empezar la eliminación.
Kenia. Cuartel General Paramilitar del Ejercito Invisible de A.E.M.E.N.
General Matosin Pie Dad
Mañana mismo seréis repartidos en cuatro países. Ya sabéis lo que hay que hacer, quiero que no dejéis rastro y si hay testigos acabar con ellos también. En las delegaciones del gobierno del país que vayáis, recogéis las direcciones y fotografías de las personas que hay que eliminar. Dad la clave y os facilitarán todo. Os están esperando. No olvidéis que estáis salvando a las buenas personas del mundo. Sois los nuevos héroes del pueblo.
Dos días después del día 45.
Radio Libre de la playa de la Patacona. Valencia, España. 22h.
Licenciada en periodismo por la universidad publica.
Locutora: Solola Verdamein Teresa.
Varios barcos de pescadores han visto desembarcar a unos 100 hombres fuertemente armados en las costas del Alboraia. Dichos hombres fueron recogidos por furgones de la guardia costera, que al parecer les estaban esperando. Vestían de gris completamente. Con el rostros totalmente tapado.
Tenemos noticias de emisoras libres del mediterráneo de que se han visto las mismas escenas, como mínimo, en diez puntos más. Tres en España, cuatro en Italia y tres en Grecia. Intentaremos averiguar que está pasando.
Dos meses después de los 45 dìas
Emisora radio libre La Patacona
Locutora Solola Verdamein Teresa
Tres prostitutas llegaron hace veinte días a la emisora. Contaron que habían sido contratadas por un grupo de cuatro hombres. Los hombres estuvieron bebiendo y tomando otras drogas. Cuando, estos, estaban ya borrachos, empezaron a jactarse de haber eliminado a varias personas entre ellas algunas consideradas como desaparecidos. Hablaban de que estaban haciendo una limpieza sangrienta.
Ante tal comunicación, esta emisora se puso en marcha, se contacto con casi todas las mujeres que buscan el pan en la calle. Luego hablamos con los diferentes lugares donde se vieron los desembarcos. Tenemos tres relatos ocurridos, dos en Grecia y uno en Italia.
Lo que voy a decir es muy fuerte. Creemos que un ejercito de mercenarios está actuando entre nosotros. Nos están matando sin dejar huellas. Esto no podría ser sin el consentimiento de las fuerzas policiales. Dadas las evidencias que hemos encontrado nosotros.
Queridos amigos, disculpadme porque lo que acabáis de oír es una grabación. Temo por mi vida y sé que el programa de hoy me sentencia. Si es que no lo estaba ya. Por eso lo he grabado, porque no quiero que me cojan aquí cuando lle
Seis meses después de los cuarenta y cinco días. Informativos de las quince horas de la cadena ZzZzZz Duerme perteneciente a la red A.E.M.E.M.
Locutor Elmasma Nipulador:
Señoras, Señores, es impresionante ver estas filas interminables de personas que están esperando que les sea suministrada la dosis letal. Con que nobleza ofrecen su vida, que ejemplo para todos. Hombres y mujeres conscientes de que sobran, de que no valen para nada. La corporación A.E.M.E.M., la más altruista y benefactora de la humanidad en gesto que como siempre la honra, les va a dedicar una calle en todas las ciudades para que sean recordados estos seres anónimos.
Cambiando de tema, los grupos terroristas están siendo aniquilados, sólo quedan algunos en Sierra Morena, en la Cordillera Cantábrica y en la Cordillera Ibérica. Desde el gobierno se pide que tengan cuidado porque son peligrosos asesinos. Cualquier cosa rara que observen deberá ser comunicada al puesto de mando más próximo.
Noticia de última hora. Solola Verdamein Teresa ha logrado escapar de nuevo. Aquí está su foto. Se recompensará con un viaje de fin de semana en cualquier hotel de A.E.M.E.M. (que no sea VIP) a quién dé noticias de su paradero.
Queridos televidentes, mañana hará falta que sigan acudiendo en masa a los centros de donación de la vida para que reciban su dosis mortal. Como ya saben el programa para la superación de la gran crisis exige que desaparezcan el 70% de la población.
Ya les comunicaremos cuando deben dejar de ir a los centros de entrega del bien más preciado: la vida.
Toni Carriòn
viernes, 6 de mayo de 2011
Terrorismo De Estado | State Terrorism
Título: "Terrorismo de Estado"
Las amas de llaves o ejecutores de la gobernanza del "mundo civilizado", dicen: O paras de matar o ya no te vamos a comprar nada, pórtate bien y no mates tanto!
El "mundo civilizado" se escandaliza y piensa en tomar medidas desde sus mesas repletas. Debaten cómo van a soportar la llegada de personas de todas las edades. Debaten sobre las consecuencias en el precio del petróleo. Discuten sobre los que vendrán, si es que el que manda ahora se va. Discuten, debaten, piensan. Piensan, discuten, debaten... debaten, piensan, discuten, piensan, debaten, una comida, un almuerzo, una cena, café, copa, no se puede fumar, pero ellos pueden fumar puros, porros o lo que quieran.
Mientras, los aviones disparan, los tanques disparan, los mercenarios disparan, los francotiradores disparan. Y mientras tanto, los soldados reciben una bala en la cabeza por no querer disparar a su gente. Y mientras las calles se llenan de cadáveres, los hombres civilizados siguen haciendo uso de la oratoria más fluida.
¿Pensáis que quizás aún no han muerto bastantes como para ser tenidos en cuenta? o ¿pensáis quizás que la sangre que se derrama es de menor categoría? o quizás, ¿pensáis que estas personas se lo merecen?. ¿Qué basura pensáis para dejar que esto suceda?
¿Qué razón hay para dejar que un loco masacre a su pueblo? ¿Qué intereses hay que valgan más que la vida? De verdad que sois falsos y traidores a la dignidad, a la verdad, a la justicia, a la libertad, a la razón y a la Vida.
He oído comentarios de gentes de otros paises de Europa diciendo que no entendían ¿cómo en España no surgía una revuelta detrás de otra?. Que 5 millones de parados no pueden permanecer en silencio.
Aquí como en todo el mundo recibimos muchos palos y sabemos que los poderes de represión del Estado son salvajes y mafiosos. Nos tienen acojonados y no sin razón. Nos hacen vivir en un mundo absurdo de leyes absurdas que sólo benefician a los poderosos.
Donde los políticos de partidos estatales se olvidan de poner en marcha el sentido común, pero no se olvidan de sus privilegios auto-otorgados y sus propios intereses.
Para poder conseguir la confianza de los inversores extranjeros, el Estado roba Tiempo y Dinero a los ciudadanos. O sea, congela pensiones, abarata despidos, retrasa jubilaciones, suprime docentes, médicos, sanitarios y todo tipo de ayuda social o cultural recibe mermas en sus contenidos. Algunas desaparecen y otras ni siquiera comienzan su andadura.
La política que tenemos tiene un nombre: "Terrorismo de Estado". Pues terrorismo es someter a la gente a la angustia de no poder ganarse la vida. Es vivir con miedo y no poder hablar con libertad en el trabajo, pues "te la juegas si hablas". Terrorismo es llevar la pobreza a los hogares.
Ellos crean el problema, luego te ofrecen la solución. "Tienes que hacer lo que yo te diga, y yo te salvaré". "Confía en mí, yo quiero tu bien", nos dicen con cara de cura pederasta.
En la Teoría pura de la República, libro de Antonio García-Trevijano, está descrita la manera de que seamos nosotros quienes decidamos sobre las leyes que van a determinar nuestras vidas en la sociedad. Nos enseña cómo poder decidir nuestro futuro en una verdadera democracia, que deje atrás definitivamente este engaño permanente.
Me sale del corazón decir: "Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Viva la libertad y la hermandad entre los hombres.
Texto:
"Hipócritas Desalmados" | "Heartless hypocrites"
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Autor del texto e interprete:
Toni Carrión | toniancp.com
Edición y montaje:
Alexis Gc
Dirección artística:
Patricia Alcantarilla
Traducción:
Cristina Prat
Producción:
Pedazos De Papel
Soundtracks:
.- "My funny Valentine" Versión instrumental del grupo Tom Tatum y La Señora Truman
.- "Por estas calles" de Yordano Di Marzo
Etiquetas:
hipócritas desalmados,
state terrorismo,
terrorismo de estado,
tom tatum y la señora truman,
toni carrión,
yordano Di marzo
Ubicación:
Valencia, España
martes, 5 de abril de 2011
"El Trompetista"
Las risas, la música y las voces, salían por las ventanas llenando las calles de Villa Villa. Los villavillanos se preparaban para celebrar la primera noche del carnaval. Martín ya estaba preparado, llevaba horas esperando que el sol se pusiera. Se levanto pronto para su costumbre, las nueve más o menos. Se sirvió una copa de cazalla y se juro que no tomaría otra hasta el día siguiente. Él iba a engañar con su disfraz a todo el pueblo. Lo primero que hizo al levantarse fue lavarse a fondo. Con mucha paciencia se rapó el pelo al cero y afeito la barba. Llevaba mucho tiempo con la cabeza llena de pelos por todas partes. Cuando estuvo aseado sacó del armario el único traje que tenía. Lo compró para la última boda que fue invitado, hacía ya cuatro años. Se vistió traje, corbata, camisa y zapatos marrones descoloridos, coloreados con betún negro. Se miró al espejo y se vio como hace tres años, bueno “casi”, como hace tres años. Ahora las ojeras eran bolsas enormes. Estaba más delgado y su cara tenía arrugas que no recordaba.
Las lagrimas, al verse como era antes, le salieron refrescando las grandes bolsas de sus ojos. Instintivamente buscó la botella y le pego un trago. Se volvió a mirar en el espejo. Sonrió, y se repitió, tengo el mejor disfraz, nadie me va a reconocer. Hoy no voy a ser un borracho.
Le faltaba un detalle, sacó unas gafas de sol grandes, se las puso y, sí, ahora sí. No lo reconocerían. Nadie le relacionaría con el borracho que era. Iría sobrio, bien vestido y con las gafas de sol aunque fuera de noche.
Las calles se fueron llenando de bullicio y de noche. De frío y de alcohol. De Música y de risa. Gritos de sorpresa y carcajadas. Helaba como siempre en febrero. El viento recorría las calles igual que los disfraces. Uno helado por fuera, los otros, calientes por dentro.
Era más de media noche y Martín se aburría ya de su disfraz. No le había reconocido nadie, pero lo de no beber lo tenía cada vez más enfadado. Una de las parejas del baile pisó a Martín y éste protestó. Al oírle hablar, cosa que aún no había hecho, le reconocieron.
- Mira, mira, mira, es Martín, mira que sereno va. ¡No me lo puedo creer! Martín ven a beber con nosotros.
Esta frase fue contundente y con risas se unió al grupo que pasaba la botella, de cazalla, de uno a otro.
Era ya muy tarde, ya no había música, ni disfraces, sólo Martín iba poco a poco despacio hacia a su casa. Totalmente borracho intentaba recorrer el camino. Su cabeza, apenas nada, se esforzaba en identificar el recorrido cien mil veces hecho. Con un esfuerzo levantó la cabeza y enfocó el campanario. Cuanto más borracho iba mejor bailaba la torre, y esa noche era una gogo maravillosa. El baile del campanario acabó con el equilibrio del borracho que cayó quedando inconsciente.
El frío espabiló a Martín. Como pudo se incorporó. Algo había ocurrido mientras estuvo en el suelo. No podía explicar si lo había soñado o si había sucedido. Pero recordaba una trompeta, una melodía de trompeta que le entraba dentro y le transportaba. Era una música maravillosa.
Con el sonido de la trompeta en su cabeza y el frío en el cuerpo Martín rebuscaba detrás de la segunda maceta de la ventana al lado de la puerta. Allí dejaba la llave para no perderla. Pues muchas veces le había pasado.
Entró como pudo y se acostó. La habitación empezó a girar. Las nauseas aparecieron. Se incorporó con esfuerzo supremo y cuando parecía que iba a tirar todo lo bebido desde que nació, recordó la música de la trompeta. Automáticamente se relajó. Las nauseas pasaron, se tumbó de nuevo y recordando la canción se quedó dormido.
Empezaba a oscurecer cuando se despertó. Estaba ido. Apenas era obedecido por sus extremidades. Llego hasta la mecedora y se sentó. Fuera la segunda noche del carnaval empezaba. Martín ajeno al exterior pensaba en quién tocaría la trompeta, pues algo le decía que no lo había soñado.
Ya había acabado el jolgorio y el silencio empezó a ocupar Villa Villa.
Martín dio un salto de la mecedora y se dirigió a la puerta. El Trompetista estaba tocando. La melodía era incapaz de despertar. Las notas que llenaban la noche eran un dulce sonido. Martín como un perro perdiguero, seguía por las calles el rastro musical, intentando localizar su procedencia.
La música paró. No había más pista que seguir. De regreso a su casa, algunos vecinos ya levantados preguntaban a Martín que quién era quien tocaba. Él no contestaba. Llego a casa diciéndose a sí mismo que era verdad que no lo había soñado.
Desde su última gran borrachera no había tomado ni un trago. Y no iba a tomar ninguno más. Así lo decidió. Pasó el día arreglando la casa. Se preparó algo para comer. Era el tercer día de carnaval y espero a que la gente acabara la fiesta.
Al lado de la puerta, Martín esperaba a que tocará su músico. Como las dos noches anteriores las notas llegaron y Martín buscó el manantial de sonido. Algunos vecinos abrían las ventanas y preguntaban: ¿Quién toca? ¿Quién toca tan bien? ¿Quién toca a estas horas?
La fuente parecía que iba a estar al doblar la esquina. El corazón le iba a tope, la emoción de estar delante de tan virtuoso músico le ponía alas. Dobló una esquina y no había nadie. La trompeta ya no se oía. Decepcionado Martín se acuclillo. La mirada recorrió el suelo hasta que la paró unos garabatos hechos con carbón en una piedra. Se aproximó hasta que pudo distinguir un mensaje:
“Por amor, amor
mi amor
amor te llaman”.
Martín memorizó el mensaje. Si tocaba otra vez lo descubriría. Se repetía de regreso a casa.
En Villa Villa, la noticia de que había un músico que no se sabía quién era, tenía al pueblo alborotado. Se hablaba de él, en el bar y la carnicería, en la escuela y en el rosario. Los que le habían oído tocar reunían a su alrededor a los que no le habían oído. Dándose en todos los corrillos la misma explicación. Era genial, maravilloso, hasta celestial llegaron a decir.
En los pueblos vecinos también corrió la noticia “… del Trompetista de Villa Villa” y por consiguiente al siguiente atardecer empezaron a llegar vecinos de otros pueblos. Tantos que parecía un día de feria.
Eran ya las cuatro de la madrugada, y Evaristo el cantinero, se empeñaba en que todos se fueran a dormir, diciendo frases como: “No tenéis casa”, “Mañana hay que trabajar”, “Vamos! Vamos! Que tengo que cerrar”. Los forasteros fueron saliendo con los vecinos que aún aguantaban. No habían escuchado ni música ni nada. Unos decían que era mentira, los otros decían que no, que era verdad.
Martín también se había quedado esperando, pero no se sentía triste por no oír a su músico. Tenía muchas cosas que hacer. Tenía que vivir. Desde que escucho la trompeta no había vuelto a beber y su determinación era total. Se acabó, eso de ser un borracho había terminado.
Habían pasado diez y siete días desde que el trompetista diera su primer concierto. Diez y siete noche con sus días. Los síntomas del síndrome de abstinencia iban quedando atrás. Los temblores, las diarreas, el dolor de todo el cuerpo, y el insomnio, iban dejando paso al bienestar,a algo de lucidez y al apetito.
Martín empezó a creer que lo podía conseguir. Sólo el recuerdo de la música, le hacía sacar, cada día, las fuerzas necesarias para seguir. Nadie hablaba del Trompetista, pero para Martín el sonido mágico de aquella trompeta no había dejado de sonar.
Era diez de marzo. Un día frío y plomizo. Martín entró en la sucursal de la caja rural.
- Buenos días Troli – saludó Martín.
Troli contestó, mientras escondía el Marca.
- Hola Martín, ¿Qué? A cobrar el paro.
- Sí, es el último mes –respondió Martín.
Troli continuó:
- ¿Dicen que ya no bebes? ¿Cuánto vas a aguantar? Ja ja ja. No conozco a ningún borracho que lo haya dejado.
Martín asumió el ataque con cara de poker.
Troli, viendo que no había respuesta a su golpe, siguió, cambiando ahora el punto de ataque.
- Esa mujer no merecía tus borracheras.
El dardo fue certero. Martín quedó noqueado, las lagrimas empañaron sus ojos, las piernas le temblaron.
Troli notó el efecto cruel de su flecha y con sonrisa cínica soltó la frase lapidaria, al tiempo que dejaba el dinero sobre el mostrador.
- Mira Martín, la cabra siempre tira al monte.
Después de suspirar varias veces, Martín empezó a hablar como si nadie le escuchara.
- El amor llamó a mi puerta y yo engalanado le abrí. Me enseñó el baile de las estrellas y yo bailé con él y con ellas. Luego tuve miedo de perderlo y lo quise retener, él se ofendió y se fue. Fue tan grande lo que perdí que sólo bebiendo podía olvidar y seguir. Aunque mi amor me hubiera llevado a morir, ni por un momento dudaría en volverlo a repetir.
Martín paró el monólogo y cogiendo una mano de Troli le preguntó:
- ¿Tú puedes decir algo así?
Después de una pausa le dijo:
- Cuando hablas demuestras que nunca has conocido el amor.
Martín fue hacia la salida y Troli quedo buscando la frase que demostrara, a su ego ,su superioridad sobre aquel borracho. Ya en la calle Martín pensaba que no iba a ser nada fácil.
Finales de marzo, la primavera empezaba a notarse en los campos.
Martín había arreglado algunas cosas deterioradas de su casa. Los trabajos de puesta a punto en su vivienda le ayudaron a ir cogiendo fuerzas. Tenía que buscar faena. Iría a casa de Don Sombrerete era de los más ricos y siempre se había llevado bien con él. Alguna vez le había dicho que lo ayudaría.
Don Sombrerete era bajito. Siempre llevaba dos cosas: un sombrero que cambiaba para combinar con el traje que se pusiera y un puro en la boca que no encendía nunca.
Martín llamó a la puerta. Don Sombrerete salió a abrir.
- Hola Martín ¿Qué te trae por aquí?
- Quería verle.
- Bueno, ya me ves, ¿Qué quieres?
Sin franquear el quicio de la puerta Martín hiso su petición:
- Necesito trabajar
El hombre pequeño se creció. Miró y remiró a Martín.
- Son tiempos difíciles no hay mucho trabajo.
- Puede probarme, por favor. Verá como soy buen trabajador y aprendo pronto.
- El asno viejo ya no aprende – dijo Don Sombrerete.
- Sólo tengo treinta y seis, no soy tan viejo y además no soy un asno – replicó Martín.
Esto hiso reír al viejo ricachón que continuo diciendo:
- Ya sé que no eres un asno. Mañana vete al taller y le dices al encargado que vas de mi parte. A la primera queja que tenga te vas a la calle.
- Gracias, gracias… muchas gracias!!! No se arrepentirá - le respondió Martín mientras estrechaba su mano como señal de pacto y de contrato.
En el taller trabajaban cinco hombres y el viejo Manuel, que aunque estaba ya jubilado, pasaba su tiempo sacando un dinerillo extra. Martín hacía de todo. Llevaba el botijo, cambiaba ruedas, aceites. Ayudaba en lo que podía a sus compañeros. Era entretenido. Allí no se hablaba excepto de quinielas y de fútbol. Cualquier otra conversación era rechazada.
Un día Martín, habló del trompetista, de que él le había oído tocar tres veces. Como siempre nadie siguió la conversación.
Ese día a la salida, el viejo Manuel se acercó a Martín y le pidió que le acompañara.
Cuando estuvieron solos Manuel dijo que sí, que él también le había oído tocar tres veces. Y que había una historia que le contaron sus abuelos referida a un músico que hacía sonar su instrumento los días de carnaval. Y que en donde se le oía tocar siempre había alguien que se iba con él. Pero esta vez nadie faltaba en el pueblo. Bien que se había fijado él, aunque no dijera nada a nadie. Y bajando la voz le dijo a Martín que él estaba convencido de que iba a volver. De que el año siguiente en carnaval volvería a venir. La frase última hizo a Martín soñar en volver a oír la música que había cambiado su forma de vida. Desde esa tarde los dos fueron estrechando su amistad. Casi todas sus conversaciones giraban alrededor del trompetista.
Los meses pasaban y el trabajo era más y más monótono. El calor era insoportable en el taller. Y la vida de Martín era de casa al trabajo y del trabajo a casa. Como mucho salía a dar un pequeño paseo, antes de acostarse.
Llegaron las fiestas de Villa Villa, Nuestra Señora de la esperanza. Martín se atrevió y salió por el pueblo como si fuera uno más. Hasta se fijó en unos ojos negros que le observaban. Se acercó hacia ellos y se vio reflejado. Ella se llamaba María, nunca antes la había visto. Hablaron y hablaron. Martín estaba eufórico, sentía su sangre llena de energía. Con un beso se despidieron quedando en verse al día siguiente.
El día llego, pero María no volvió. Martín la buscó, la espero, y viendo que no aparecía se retiro a su casa.
Pasó el verano, llegó el otoño. Y tal como se caían las hojas de los árboles, las esperanzas y las ilusiones de Martín se iban cayendo.
Después de trabajar, como cada tarde, Martín fue hasta su casa. Hacía días que Manuel no iba al trabajo. Cerró la puerta tras de sí. Buscó en el fondo del aparador y encontró lo que buscaba. Cogió la botella, un vaso, y sentó en la mecedora que ya usaba su abuelo.
Delante de él la botella y su muerto presente. Detrás empujándole al trago, el vivo pasado.
El otoño también pasó y llego la navidad. Los villavillanos escuchaban la misa del gallo y el cura empezaba su sermón. Habló de la hipocresía y de la falta de amor. Al terminar su discurso preguntó a los feligreses si había alguien en el pueblo que necesitara ayuda. Lola la vecina de Martín tomó la palabra:
- Mi vecino no sale desde hace días. La última vez que lo vi venía cargado con botella de cazalla.
Los vecinos decidieron visitarlo nada más acabar la misa.
Delante de la puerta los piadosos quedaron en silencio. Nada se oía dentro. Llamaron y sólo el viento contestó. Hacía frío. Alguien empujó la puerta y esta se abrió. Lo que vieron aquellas buenas gentes les estremeció.
Martín semi-inconsciente en la mecedora intentaba quitarse las ratas de encima. Al ver la comitiva logró levantarse y coger una botella vacía con la que intentó atacar a los llegados. Apena se levantó cayó al suelo sin sentido. Olía a rayos, se había hecho sus necesidades encima, varias veces. Los mordiscos de las ratas le llenaban la cara y las manos. Venciendo sus ascos los vecinos lo cogieron y lo llevaron al medico. Don Ricardo, como se llamaba el doctor, al ver aquel cuerpo destrozado, gritó y blasfemo. Pidió ayuda, entre varios lo desvistieron y lo lavaron. ¿Cómo podía ser que aquel hombre estuviera a punto de ser devorado por las ratas y nadie se hubiera dado cuenta? Después de los primeros auxilios Martín seguía sin volver en sí. Varias veces intentaron reanimarle sin conseguirlo. Don Ricardo cogió el teléfono y llamo una ambulancia. Tenía un enfermo a punto de morir que debía ser trasladado al hospital urgentemente.
Fue al día siguiente cuando el viejo Manuel se enteró de lo sucedido. Tal como lo oyó se levantó y salió hacia su casa. Cogió la cartilla del banco, algo de ropa, y se fue a esperar a alguien que le llevara al hospital.
Se presentó como padre del enfermo a los médicos y estos le informaron de que estaba todavía en coma y tenía muchísimas infecciones.
Enero ya llevaba más de la mitad cuando Martín abrió los ojos. A su lado Manuel lo miraba. Con gran esfuerzo preguntó:
- ¿Que día es hoy?
A lo que Manuel contestó:
- No aún no es carnaval.
La respuesta quitó dolor de la cara de Martín y el coma se apoderó de nuevo de aquel cuerpo.
Manuel hacia de padre. Estaba todo el tiempo a su lado. No se preguntaba por qué. Sólo le cuidaba.
Febrero ya había llegado y el carnaval ya llamaba a las puertas.
Martín a la caída de aquella tarde volvió a abrir los ojos. Manuel estaba allí, como si no se hubiera movido.
- ¿Qué día es? – preguntó.
El viejo respondió:
- Mañana es carnaval.
En silencio el enfermo se fue incorporando. Manuel le ayudaba, protestando, para que no hiciera esfuerzos. Como pudieron Martín se vistió. Los pasillos blancos, de luces blancas iban quedando atrás. Pronto atravesarían la puerta y una vez en la calle, un taxi y al pueblo.
El viaje fue horrible, mareos y vómitos de Martín. Protestas y maldiciones del taxista.
Al llegar fueron a casa de Manuel. La noche como una daga helada cegaba ojos y cortaba miradas. Justo llego Martín a la cama de Manuel. Se tumbó y volvió a perder el conocimiento. Manuel le arropó y se tendió a su lado.
Las risas recorrían el pueblo, la música salía por las ventanas. En casa de Manuel, Martín recobraba el sentido. Miró al viejo y preguntó:
- ¿Vendrá El Trompetista?
- No sé - respondió Manuel.
Ya el pueblo empezaba a retirarse cuando la trompeta empezó a sonar. Lánguida, triste, con notas que se arrastraban lastimeras para luego ir salpicando como gotas de lluvia primaveral.
Martín al oir la música se levantó, y salió en busca del rastro sonoro. Manuel lo seguía detrás. Rezaba y lloraba. Martín caminaba como si nunca hubiera estado enfermo.
El corazón de Martín latía emocionado, pronto conocería al trompetista. Al girar una calle, lo vio al final. La música llegaba nítida y Martín empezó a no saber distinguir si la música venía del final de la calle o venía de dentro de él. Conforme se iba acercando se iba dando cuenta de que él era la trompeta y el músico, y de que sobretodo, él era la música. Con una nota aguda se subió hasta el cielo y con otra grave bajó hasta donde Manuel lloraba. Sentado en el suelo acunaba el cuerpo inerte de Martín. Alrededor de Manuel, aquel haz de sonido murmuró:
- Gracias viejo.
Luego la noche se rompió en mil notas. La trompeta atronó el cielo y los VIllavillanos salieron de sus casas asustados. Martín era una luz que subía y bajaba por la escala musical riendo sin parar.
Algunos vecinos se tiraron al suelo, otros, se arrodillaron y se pusieron a rezar. Sólo Manuel se reía a carcajada limpia, mientras abrazaba, llorando, al cuerpo sin vida de su amigo.
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