sábado, 26 de febrero de 2011

Hipócritas desalmados

Hipócritas desalmados 




Las amas de llaves o ejecutores de ka gobernanza del "mundo civilizado", dicen: O paras de matar o ya no te vamos a comprar nada, pórtate bien y no mates tanto!

El "mundo civilizado" se escandaliza y piensa en tomar medidas desde sus mesas repletas. Debaten cómo van a soportar la llegada de personas de todas las edades. Debaten sobre las consecuencias en el precio del petróleo. Discuten sobre los que vendrán, si es que éste se va. Discuten, debaten, piensan. Piensan, discuten, debaten... debaten, piensan, discuten, piensan, debaten, una comida, un almuerzo, una cena, café, copa, no se puede fumar, pero ellos pueden fumar puros, porros o lo que quieran.

Mientras, los aviones disparan, los tanques disparan, los mercenarios disparan, los francotiradores disparan. Y mientras tanto, los soldados reciben una bala en la cabeza por no querer disparar a su gente. Y mientras las calles se llenan de cadáveres, los hombres civilizados siguen haciendo uso de la oratoria más fluida.

¿Pensais que quizás aún no han muerto bastantes como para ser tenidos en cuenta? o ¿pensais quizás que la sangre derramada es de menor categoría? o quizás, ¿pensais que estas personas se lo merecen? ¿qué basura pensais para dejar que esto suceda?

¿Qué razón hay para dejar que un loco masacre a su pueblo? ¿Qué intereses hay que valgan más que la vida? De verdad que sois falsos y traidores a la dignidad, a la verdad, a la justicia, a la libertad, a la razón y a la Vida.


He oído comentarios de gentes de otros paises de Europa diciendo que no entendían cómo en España no surgía una revuelta detrás de otra. Que 5 millones de parados no pueden permanecer en silencio.

Aquí recibimos muchos palos y sabemos que los poderes de represión del Estado son salvajes y mafiosos. Nos tienen acojonados y no sin razón. Nos hacen vivir en un mundo absurdo de leyes absurdas que sólo benefician a los poderosos. 

Donde los políticos de partidos estatales se olvidan de poner en marcha el sentido común, pero no se olvidan de sus privilegios auto-otorgados y sus propios intereses. 

Para poder conseguir la confianza de los inversores extranjeros, el Estado roba Tiempo y Dinero a los ciudadanos. O sea, congela pensiones, abarata despidos, retrasa jubilaciones, suprime docentes, médicos, sanitarios, y todo tipo de ayuda social o cultural recibe mermas en sus contenidos. Algunas desaparecen y otras ni siquiera comienzan su andadura.

La política que tenemos tiene un nombre: "Terrorismo de Estado". Pues terrorismo es someter a la gente a la angustia de no poder ganarse la vida. Es vivir con miedo y no poder hablar con libertad en el trabajo, pues "te la juegas si hablas". Terrorismo es llevar la pobreza a los hogares.

Ellos crean el problema, luego te ofrecen la solución. "Tienes que hacer lo que yo te diga, y yo te salvaré". "Confía en mí, yo quiero tu bien", nos dicen con cara de cura pederasta.

En la Teoría pura de la República, libro de Antonio García-Trevijano, está descrita la manera de que seamos nosotros quienes decidamos sobre las leyes que van a determinar nuestras vidas en sociedad. Nos enseña cómo poder decidir nuestro futuro en una verdadera democracia, que deje atrás definitivamente este engaño permanente.

Me sale del corazón decir: "Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Viva la libertad y la hermandad entre los hombres.









(Foto: "Al soldado desconocido salvo para Diós, de Storm Crypt)




Toni Carrión

lunes, 14 de febrero de 2011

Las Princesas

Las Princesas



Érase una vez, hace muchos, muchísimos años. Antes de que los dragones fueran enviados al mundo de la fantasía.

En una casita blanca, en las afueras de un pueblo blanco, al lado del mediterráneo, vivía una niña. Su padre, como casi todos los hombres allí, era pescador. Apenas  pasaba por casa. Siempre estaba en el mar. Su madre, siempre atareada, no tenía mucho tiempo para jugar con ella.

Arayáis, que así se llamaba la niña, era muy bella. Cuando nació, de pie, sus padres se sintieron afortunados.  La niña traía algún don, según la creencia de su pueblo. Mamá deseo que fuera muy guapa y papá quiso que tuviera buen corazón.

Fue haciéndose mayor y los niños le iban teniendo miedo. Ella siempre adivinaba lo que querían y lo que pensaban. Les decía cosas que iban a ocurrir. A los lugareños, esto, no les hacía mucha gracia.

Con apenas nueve años se dio cuenta de que sus amigos y amigas no querían jugar con ella. Como sabía que iban a hacer, les ganaba en casi todos los juegos,  y esto a los otros niños no les gustaba nada.

Cuando tenía 15 años conoció  a un joven pescador. Tres años  mayor que ella.  El chico le decía que la quería, pero  ella, notaba que había cosas que no le decía. Siempre la quería besar y tocar. No es que eso no le gustara, pero había otras cosas importantes como la amistad, la sinceridad, la vida, o el mar.

Faltaban siete días para que Arayáis cumpliera 18 años. Hacía tiempo que no veía al joven pescador. Pocas veces ella iba por el pueblo.  Caminaba horas y horas por la playa. Cantando canciones a la olas se acompañaba en sus solitarios recorridos.

Esa tarde, una semana antes de su cumple, se entretuvo jugando con gaviotas. La noche llego rápidamente. Las oscuridad iba tapando los colores. La joven escucho un fuerte aleteo. Tuvo miedo y se tumbo en la arena. El batir de alas se aproximaba. Estaba aterrada. Cerro los ojos y estaba a punto de gritar, cuando escuchó:

-       “No tengas miedo, no quiero hacerte daño.  Sólo quiero  hablar, de la luna, de la noche,  del sol, del día, de la amistad,  de la confianza, de la vida, del mar….

Poco a poco sacó la cara de la arena. Delante de ella había un enorme dragón mágico.  Lo miró intrigada. Había oído hablar de ellos y de su magia. No le pareció que quisiera engañarla, pero ya era tarde tenía que volver a su casa. Con un poco de susto que le quedaba, le dijo al dragón:

-       “Mañana si quieres, ven antes, hablaremos”
-       “Que así sea” – contestó el animal..
-       “Pues bien” – dijo ella – “hasta mañana”.

En su hogar, mientras  preparaba la cena, algo la tenía intrigada. No había sabido que iba a pasar cuando estuvo asustada.

A primera hora de la tarde, el dragón esperaba en la playa a la muchacha. Metido dentro del agua, jugaba a saltar las olas. Con cada salto el agua salpicaba tanto que la arena de la playa  estaba toda mojada.

-       “Estás empapando todo – dijo Arayáis  cuando llego.

Los dos se rieron. Se sentaron frente a frente. Hablaron y hablaron. Rieron  y jugaron. Arayáis supo que el dragón se llamaba Zuriel. Conoció historias de príncipes  malos y buenos, de labradores buenos y malos, de bellas princesas.y de campesinas Historias de castillos, de palacios, de pueblos y de aldeas que el dragón le contaba. Se vieron todas las tardes  hasta el día de  antes de su cumpleaños.

Zuriel esperaba en la arena con la cola metida en el agua. Al llegar Arayáis le dijo en tono muy serio:

-       “No ha sido casualidad que yo te encontrara. Mi pueblo necesita una princesa para volver a soñar. Toda la tierra hemos recorrido buscándola mis compañeros y yo. Sólo dos cosas le hacen falta a esa mujer para nuestra reina ser. Que tenga buen corazón y  tenga buena voluntad. Por esas dos razones a ti te vine a buscar”

Ella no salía de su asombro. Él no paraba de hablar, explicó los motivos de su pueblo para elegirla a ella.

La luna, el sol y el Lucero del Alba estaban en el cielo y se reflejaban en el mar. Zuriel dijo:

-       “Arayáis, escúchame: en el cielo y en el mar está la señal. Empezaremos el ritual. ª Arayáis, por el poder que me ha sido otorgado en la asamblea que se celebra en Kablasi (ciudad de los dragones  situada al norte  del polo sur)  donde se reúnen todos los de mi especie. Cuando los grandes cambios se aproximan. Yo, Zuriel, te nombro princesa de los dragones.

La joven, no lo podía creer.  Él leyendo sus pensamientos le señaló el horizonte. Cientos y cientos de dragones de todos los tamaños volaban hacia ellos. Los rodearon con un círculo perfecto. Zuriel preguntó solemnemente:

-       “Arayáis, aceptas ser la princesa de mi pueblo,  de buen corazón y buena voluntad?
-       “Sí, sí!  Acepto – contestó.

Todos los dragones lanzaron sus llamaradas al cielo. La noche se iluminó. Bajaron sus colas en señal de afecto y amistad. Ella bajó sus ojos, junto sus manos y se despidió de ellos antes de que volaran hacia el horizontes jugando con las olas del mar.

Zuriel se quedó a su lado y de nuevo comenzó a hablar:

-       “Los príncipes y las princesas lo son por la nobleza de su corazón. Las personas se pueden poner coronas de oro y de diamante pero si sus hechos son malos, esas coronas se volverán de plomo y acabarán aplastando sus cabezas. A las princesas de verdad, como tú, aunque no lleven corona, les brilla la cara y la frente. Como si todas las joyas del mundo estuvieran engarzadas en su pelo. Da igual, si son campesinas o pescadoras. Da igual, si  nacieron en altas cunas o lo hicieron en esteras.  Sólo su corazón interesa. Tú has ganado sin saber, sin conocer que eras observada. Ahora hay una diferencia. Sabes que por tu buen corazón ganaste  y ahora quiero que sepas que por tu corazón puedes perder”.

La chica entendió. No necesitaba saber donde estaba su reino. Ni las riquezas que tenía.

Zuriel cogió las lagrimas de despedida que salían de sus ojos de dragón. Las tiró al aire y lanzó una bocanada de fuego hacia ellas. En la arena cayó un diamante como una nuez. 

- “Cógelo. Cuando me quieras ver, diciendo mi nombre, lo tienes que romper.; no hay otra forma de poderlo hacer.”

Arayáis, que seguía un poco asombrada, consiguió emitir una palabra  “Zuriel”.  El dragón espero antes de empezar su marcha.

-       “Escúchame, tengo un problema”.

En un pequeño resumen le contó los líos que tenía, por las cosas que adivinaba o que predecía.

- “La gente me tiene miedo y yo quiero ser como ellos” – acabo diciendo.


Cogiendo con sus ojos a los ojos del dragón, le preguntó:

-       “Me puedes ayudar”.
-       “Que así sea. Pero tu deseo sólo durará cinco años. Cuando se cumplan desaparecera. Si aún sigues queriendo perder tu Don, entonces para siempre lo perderás. Deseas algo más?
-       “Si Zuriel. Quisiera darte un beso mi caballero dragón.
-       “Que así sea”.

Zuriel bajó la cabeza hasta sus labios. Arayáis dejó un beso en la mejilla de escamas.

-       “Adiós princesa”.

Un par de enormes alas en la noche cruzaron el  espacio.

Arayáis guardaba todo en su cabeza. En la parte del cerebro que pone – Palabras que no puedo olvidar - .  Esa noche durmió como una reina.

Al despertar se notaba extraña. Como si algo le faltara en su cabeza. Fue a dar una vuelta por el blanco pueblo. Nada adivinaba en las caras de la gente, ni en las cosas que veía.

-       “Que bien, ahora me trataran como a uno de ellos” – se decía.


·     ·     ·


Habían pasado casi tres años desde que Zuriel le concediera su deseo y además la nombrará  princesa. La mujer miraba el diamante pensando en romperlo. No podía más, necesitaba ayuda. En todo momento había actuado con nobleza.  Siempre escuchaba a su corazón. Se iba repitiendo, mientras que a la vez recordaba, las veces que había sido engañada, utilizada, decepcionada. Las personas,  sus amigos, sus parientes,  gente en quién confiaba a través de sucias tretas querían utilizarla. A lo que le hacían ella contestaba siempre con la nobleza de su corazón.

La mano de Arayáis lanzó el diamante al suelo mientras sus labios decían:

-       “Zuriel”.

El sonido de alas, batiendo el aire, llego hasta la playa. 

-       “Zuriel, que alegría verte”
-       “Yo también me alegro, Arayáis, mi princesa que deseáis?

La princesa le contó todo  lo ocurrido y le dijo:

-       “Quiero poder saber como antes”
-       “Que así sea” – dijo el dragón.

El hueco que sentía dentro de ella se lleno.  Tenia otra vez su Don.

-       “Zuriel no lo utilizaré para atacar, lo usaré para poder defenderme”.
-       “Princesa, lo sé. Porque veo tu corona brillar en tu sien.  Importante son las cosas que nos pasan, pero más importante es la  respuesta que damos a lo que nos sucede.  Si por tus actos tu corona fuera de plomo, ya no serías mi princesa y no hubiera venido a verte”.

Hablaron y hablaron. Horas y horas  pasaron mientras conversaban. Antes de despedirse, Zuriel sacó un saquito  y del saquito sacó un diamante como una nuez.  Lo puso en la mano de la mujer diciéndole ya sabes  que hay que hacer.

A partir de ese día. Fue mejorando todo en su vida. A su Don llamo intuición. De él se dejó aconsejar.

Era Arayáis una linda ancianita cuando cogió la lagrima del dragón y diciendo: “Zuriel” – la estrelló contra el suelo. Al momento estaba ahí su caballero dragón.

-       “Qué deseáis mi princesa? Me alegro mucho de verte. – dijo el caballero mientras veía la corona como brillaba . Le parecía el sol de tanto que iluminaba.
-       “Yo también me alegro de verte, Zuriel.  Escúchame. Quiero que mi Don lo repartas. Que le des un poco a cada mujer”.
-       “Mi princesa, habrá quién lo use mal y habrá quién lo use bien”.
-       “Lo sé Zuriel, que cada una responda ante su propio ser”.
-       Que así sea.

Hubo silencio. Luego dándole una nueva nuez le dijo:

-       “Princesa ya sabes que hay que hacer”

Los dos se abrazaron. Zuriel voló hacia el polo sur. Había una nueva asamblea en Kablasi. Se avecinaban grandes cambios. Arayáis guardo la lagrima.  Fue feliz oyendo y haciendo caso de lo que decía su intuición.  Siempre acertaba si ella actuaba con nobleza y buen corazón.

La corona que llevaba en su cabeza era de oro, de diamantes , zafiros, rubíes y esmeraldas.

Dedicado a mis hijas Belen, de 17 años, y Carmen, de 4; y a través de ellas a todas las niñas.
Dedicado a Carla Magariño. Ella me pidió un cuento de princesas.

Carla, gracias princesa.





Toni Carrión.

domingo, 6 de febrero de 2011

El Arte

El Arte



Cuando el cantaor
logra que el corazón cante,
calla el ruiseñor en la zarza
detiene su vuelo el águila
y los enamorados unen sus manos,
paran su beso de amante.

Cuando el poeta
logra que el corazón hable,
la palabra detiene
los cuchillos y los sables.
Eleva la conciencia
en los campos y en las calles,
a los hombre hacen entenderse
y les ayuda a respetarse.

Cuando a través del corazón
se unen palabra y cante,
entonces es el momento,
la magia detiene el tiempo,
se paran los pensamientos.
La calma
llega hasta el alma
y el sentimiento que nace
hace flotar a los cuerpos.


A mis amigos del Tendur.


Toni Carrión

Otra historia


Otra historia.


¿Eres capaz de imaginar otra historia?

Veo como os reunís. Para jugar a esto o a lo otro. Para hacer deporte. Para ir a espectáculos, a pescar, etc.

Ajenos a lo que sucede a vuestro alrededor, como si no fuera con vosotros, como si los cinco millones de parados de este país, o de cualquier otro se lo merecieran. Como si los hambrientos y los muertos por inanición se lo merecieran. Como si los niños que mueren por falta de vacunas se lo merecieran. Como si, los desplazados por las guerras, los asesinados y los mutilados SE LO MERECIERAN.

Tú, ¿eres capaz de comer viendo los informativos?

Sabes que la respuesta es sí. Nos han convertido en animales insensibles. En animales ciegos. En animales.

Como si lo lógico y lo razonable fuera esta basura, donde unos pocos viven felices gracias a la desgracia y a la explotación de la gran mayoría.

El poder va cumpliendo sus proyectos. Nos mantienen divididos, ignorantes. Preocupados por nimiedades y egocentrismos. Cada vez más manipulables, más débiles y más dóciles.

No podemos, no debemos, seguir así. NO TENEMOS MÁS  TIEMPO. ATREVETE, habla con tus vecinos de verdad y verás que todos nos necesitamos. Verás que sufren y trabajan como tú. Inténtalo, QUITATE EL MIEDO DE ENCIMA. Valora a los demás por sus actos, no por sus posesiones… y actúa en consecuencia.

Hay muchas personas que admiten, por desgracia, lo que denomino “EL HIJOPUTISMO CONSENTIDO”. O sea, se sabe que no está bien lo que se hace, pero se hace. Justificándose uno mismo con el pensamiento de “si no lo hago yo, lo va a hacer otro”.

Cuantas veces he oído decir: “yo por mis hijos haría lo que hiciera fala”. MENTIROSOS. No sólo no hacen nada por ellos, si no que con su pasividad los condenan a sufrir a vivir sin sueños que puedan realizar, a la injusticia y a la desigualdad. Los condenáis a la represión, a la insensibilidad, a la corrupción, al miedo, y sobre todo, a LA AUSENCIA DE LIBERTAD. Les ofrecen una vida sin color.

No lo dudes más. No tenemos opción, sólo organizándonos podemos conseguir la transformación de este sistema corrupto y aberrado.

Se que estás ahí, atado de pies y manos.

ROMPE TUS MIEDOS. Es hora de decir.

BASTA. EMPECEMOS OTRA HISTORIA.


Toni Carrión

El Camino en el Viento III · La Gran Obra


El Camino en el Viento III · La Gran Obra


El Alquimista entro en su recinto sagrado. Encendió el fuego que purifica y transmuta. Se acomodo y centro su pensamiento en el ritmo de su corazón. En ese punto donde aún no ha nacido el latido y donde ya ha terminado. Ese punto que no es sístole, ni diástole, y es donde nacen ambos.

Permaneció de este modo hasta que amaneció. Con la luz del nuevo día dejó que el fuego le elevara hasta el universo. Igual que de la madera, con la hoguera, sale el humo que se eleva hasta el cielo.

El Alquimista en su creación encuentra La Piedra Filosofal. Descubre como transformar metales en oro. Obtiene el elixir de la eterna juventud. Pero estos hallazgos no lo entretienen. No tienen importancia. Él busca la autotransformación. Esa es su meta. Ser un ser nuevo, con todas sus potencias perdidas rehabilitadas. Estar en armonía perfecta con la vibración del universo.

Esa es “La Gran Obra” que se realiza constantemente, segundo a segundo, sin parar.


El Iniciado sabe que el Santa Sanctórum de cada persona está en su propio cuerpo. Está dentro de nosotros.

Sabe que el fuego que purifica y transmuta es EL AMOR, con mayúsculas. Sabe que el AMOR es la única energía capaz de purificar al hombre. De limpiar la mente de egocentrismo. De modificar nuestro comportamiento libremente. De ponernos alas. De transmutarnos.

El Iniciado sabe que el ritmo del corazón nace de nuestra verdadera esencia. Así como nuestros hijos nacen de nosotros y no somos ellos, el latir del pecho nace de nosotros y no somos él.

Sabe que el tiempo no tiene tiempo y que sólo amanece cuando vemos dentro de nosotros mismo. Tal y como el sol cuando sale hace cambiar la realidad de lo que percibimos. Cuando amanece en la consciencia  y en la conciencia se modifica la percepción de la vida.

El Iniciado conoce algunos de los diferentes niveles mentales, y sabe, que cada nivel tiene sus leyes específicas que lo rigen.

En un nivel superior, donde no haya enfermedad, todo lo que accede a ese nivel queda automáticamente curado.

Si vives en la selva y sales de ella ya no te tendrás que preocuparte para no ser devorado. Fuera de la selva no rige la ley de la selva. Hay otras leyes.

Un hombre en la Tierra está bajo la ley de la gravedad, y el mismo hombre en el espacio  no está afectado por ella, pues casi no hay.

Igual que la ley cambia dependiendo de donde estás, las leyes que rigen el ser humano cambia dependiendo de en donde está situada la consciencia y la conciencia. Hechos que en algunos niveles son verdaderos milagros en otros,  son lo más natural del mundo.

El Iniciado sabe que toda la vida tiene como meta poder realizar La Gran Obra.  Igual que el gusano vive toda su vida para llegar la momento de ser una mariposa.

Sabe que los hallazgos en su camino pueden desviarle de su propósito, y que no tiene tiempo que perder. Que recrearse con los dones encontrados le debilita en su voluntad.

Sabe que para poder alcanzar la gran obra ningún deseo debe haber en su corazón aparte de su realización.

Sabe que cuando llegue a ELLA nada le faltará (aunque ese no sea el propósito).

Sabe que el AMOR le hará participe de sus más grandes secretos.

El Iniciado sabe que así es, y así se cumple.


Toni Carriónhttp://toniancp.com