martes, 7 de diciembre de 2010

El Cruceiro

El Cruceiro



La noche fue extendiéndose sobre el valle. Poco a poco dejaron de verse los sembrados y las vides. Luna nueva, noche cerrada.

Todo entraba dentro de lo previsto. Tres hombres cogieron los sacos, se colgaron las escopetas y estrecharon las cananas. No se miraban, no se hablaban, apenas se conocían.

Uno era falso, adulador y listo. Utilizaba lo que sabía de la forma más ruin. Convencía con buenas palabras para traicionar después por la espalda. Era un cobarde hipócrita.

Otro era honesto, asumía sus actos. Procuraba hacer las cosas bien. Era creyente y confiaba en su dios, él no lo abandonaría nunca.

El tercero era un hombre, sin ataduras, partidario de vivir el presente. "Aquí y ahora" era su lema. Nada que recordar. Nada que soñar.

En fila india el trío fue internándose en el monte. Primero iba el honesto, después el falso, y por último, el vividor. No sabían que transportaban en los sacos, de unos treinta kilos que llevaban. Sabían que iban a obtener dinero, bastante dinero. Cuando estuvieran al otro lado, harían el cambio, ellos darían los fardos y recibirían su paga.

Llegaron al cruceiro donde estaban citados. El honesto se santiguo, el falso se río de espaldas a la cruz. El vividor se sentó en el pedestal. Debían estar ya los receptores allí. Esperándoles. 

Media hora pasaba cuando llego hasta ellos una voz de anciana que saludaba en su lengua materna:
- "Boas noites".  Los tres tiraron mano a las escopetas.
El vividor, contestó:
- "Boas noites".

Una forma oscura, se acercaba suspendida en el aire. El falso descargó los dos tiros de su escopeta, el honesto se arrodilló y el vividor dio dos pasos hacia atrás.

La forma humana con voz de anciana llego hasta ellos. Los disparos la habían atravesado sin dañarla. Se paro delante del falso y en el más perfecto castellano le dijo:
-         "Nunca te separarás más de treinta pasos del cruceiro, lo mantendrás limpio, comerás hierba y raíces y beberás la lluvia o el rocío. Si te alejas un paso más dos disparos te matarán.

El honesto y creyente oía y rezaba arrodillado. La forma oscura se plantó ante él. Sin tocarlo lo puso en pie. Le dijo:
-         "Abre el saco".
Obedeció mientras decía:
-"Yo no sé que hay".
La voz continúo:
-"Vacíalo en el pedestal y vuelve a tu casa. El día que mueras sabrás que llevabas en el saco. Nunca más toques un arma con las manos."
El honesto se sintió aliviado, parecía que su fe le había salvado. Tropezando por el monte fue alejándose. Después de andar un rato largo se dio cuenta de que llevaba la escopeta cruzada en su espalda. La cogió para tirarla, y la lanzó contra el aire. Al tocar tierra se disparó, llevaba el seguro quitado, con la mala suerte de que el cañón hiciera recta con su pecho. Antes de morir, vio que llevaba la muerte en el saco. 

La voz se dirigió al "Aquí ahora":
-         "Tu presente es mi pasado. Tu ahora es mi antes. Tu futuro es mi presente. Tu mañana es mi hoy. Tú lo puedes retrasar, pero no evitar". 

Luego, flotando, como había llegado se perdió en la noche galaica de meigas y conxuros.

El hombre no entendió nada de lo que le quisiera decir. Ni se preocupó mucho. Cogió el fardo y se alejó del cruceiro para seguir esperando. Tenía los tres sacos, el del condenado, el vaciado y el suyo. Sacaría una pasta gansa. Amaneció, y nadie llego. 

El falso hacía un círculo de treinta pasos de radio. El vividor, fue a recoger los otros dos fardos, relleno el vaciado. Los dos hombres, se miraron con odio.
-         "Tú no lo necesitas, me lo llevo". Dijo el vividor con desprecio.
Los arrastró hasta que cruzó el círculo. Cuando lo había rebasado dos pasos un grito le hizo girarse y vio al falso que le estrellaba una piedra en su cabeza. El vividor tambaleándose, encañonó al falso y apretó los dos gatillos. Se había confiado pensando que no cruzaría el círculo. 

Cayó al suelo. La cabeza le sangraba abundantemente. No podía moverse. Antes de morirse recordó la voz: 

"Mi presente es tu mañana".


Toni Carrión

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la historia, me recuerda a las historietas que se suelen contar en los pueblos de generación en generación. :)

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  2. Me gusta mucho que te guste, acabo de escribir otro que lo publicaré ahora...

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