La Navidad
Puto anuncio de turrón, cuando no tienes casa a la que volver, ni nadie que te espere donde vives.
Fechas de frustración, cuando no tienes nada para poder regalar.
En un tiempo pensaba, que aunque sólo fuera por unos días era bueno que la gente se mirara con cariño. Pero la mentira nunca es buena. La falsedad nunca es buena.
De que sirve lo que hacéis de bueno estos días, si es que hacéis algo, si el resto del año sois: “Una mierda pincha’ en un palo”. Os sirve para lavar vuestra conciencia, ya lo sé. Os hace sentiros seres humanos.
Aquel del que celebráis el nacimiento no os importa nada. Que lejos estáis de su mensaje.
Él entre otras cosas dijo: “He venido a cambiar la ley”. La ley que quería cambiar era la del ojo por ojo y diente por diente. La ley del Talión. Y como bien sabéis, aquí no ha cambiado nada. Dos mil años han pasado y estamos más atrás que entonces. Si me saludan, yo saludo. Si me invitan, yo invito. Si me pegan, yo pego. Esa es la ley con la que funcionamos.
Él dijo: “Tenéis que dar un paso más y miraros con amor. Comprended que es la ignorancia la que levanta la mano del hermano contra el hermano. Comprended que es el miedo el que hace obrar al hombre contra el hombre. Vivid desde el conocimiento y la compresión. Así, sólo así, podréis poner la otra mejilla y sentiros felices. Ved a los demás como os veis a vosotros mismos. Seres que van dando palos de ciego, ignorantes y temerosos. Si los veis así, os daréis cuenta que lo humano y natural es compadecernos y amarnos”.
La energía que nos mueve a todos es la misma. Ella es la que nos hace hermanos. Hermanos de los hombres, de los animales, de los vegetales, de los minerales y de todo el universo.
Que putas fiestas y que maravilloso mensaje.
Toni Carrión
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